Estoy leyendo el libro J’arrête d’avoir peur de Marie-France y Emmanuel Ballet de Coquereaumont. Lo elegí porque llevo varios meses trabajando profundamente en mi ansiedad y en el manejo del estrés.
Este libro, con un lenguaje sencillo y cercano, me hizo comprender que gran parte de lo que sentimos hoy tiene raíces en los miedos que experimentamos durante la infancia, miedos que crecieron con nosotros sin haber sido escuchados ni contenidos.
Más que una simple lectura, es una invitación a reconciliarte contigo mismo. Nos muestra que muchos de nuestros sufrimientos y trastornos no aparecen de un día para otro, sino que se van formando silenciosamente a lo largo de nuestra vida, paralelos a nuestra conciencia, esperando el momento de ser reconocidos, aliviados y sanados.
Hoy quiero compartir una reflexión que escribí sobre el miedo, gracias en parte a la inspiración que me dio leer este libro:
Ahora convivo con el miedo.
Belén Rosero.
Lo he escuchado varias veces: «Nuestras acciones están guiadas por el miedo.» Incluso el marketing usa esta idea para sus campañas, y funciona.
Es increíble mirar hacia atrás y ver que el miedo está presente (muy sutilmente) en la mayoría de nuestras decisiones… pero, ¿eso es malo o bueno?
Antes cuando me daba cuenta de esto, me avergonzaba de mí misma. Porque no tomaba una acción por miedo al juicio que me harían los demás. Porque veía el miedo como algo negativo.
Sí, acepto que me he escondido por miedo y que he tomado decisiones (malas o buenas) basadas en él. Pero, después de pensarlo mejor, si no fuera por eso, no estaría en la posición privilegiada en la que me encuentro: viva y sana.
Entonces entendí que el miedo es una herramienta.
Porque somos seres emocionales en primera instancia y sentimos el miedo antes de razonar qué es lo que nos está amenazando. De eso se trata tener inteligencia emocional (en parte). Porque no tomamos decisiones basados en lógica pura, la mayoría de las veces lo hacemos por una “corazonada”, y eso es parte de lo que nos hace humanos.
Observar esto me hace sentir mejor, porque ya no peleo contra algo inherente en mí, sino que ahora trabajo con él para tomar aún mejores decisiones desde la estrategia y la calma que solo la meditación y la reflexión te pueden entregar.
Creía que ser valiente significaba salir de mi zona de confort de manera imprudente y me empujaba a experimentar situaciones que no me generaban satisfacción, pensando que así el miedo no me definiría. ¿Pero acaso no es lo mismo? Caer en el juego de ser “rebelde” no significa necesariamente encontrar tu verdadero camino. No se trata de “hacer todo lo contrario”, sino de encontrar la calma en la tempestad y observar tu verdadera esencia para canalizar tu energía hacia la dirección que te dé una mayor felicidad interior.
Pero esto no te lo enseñan cuando eres niño. Por eso, generalmente seguimos patrones impuestos por nuestros padres (consciente o inconscientemente) porque eso es lo que nos hace sentir seguros. Como niños que fuimos y que seguimos siendo.
Sobre los autores Marie France et Emmanuel Ballet de Coquereaumont
Marie-France y Emmanuel Ballet de Coquereaumont son psicoterapeutas de inspiración junguiana, reconocidos y renombrados especialistas en el campo de la terapia del niño interior desde hace 34 años. Son los creadores del Método del Corazón del Niño en 1990, los diseñadores de la Terapia del Niño Interior, formadores, supervisores, conferenciantes, expertos en medios y autores de libros traducidos a varios idiomas.
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