Escritura y sanación 

¿Sabías que escribir sobre lo que sentimos puede ayudarnos a sanar? 🖋️💖

Desde pequeña me gusta escribir y crear historias. Siempre tuve diarios de vida y agendas. Incluso crecí con una marca de agendas llamada “Pascualina”. Todos los años recibía una para Navidad y la usaba como un diario de vida. Aún las tengo guardadas en una caja, que reviso cada vez que vuelvo a la casa de mis papás.

Me encanta ver lo que escribía en esos años. Es como esa sensación satisfactoria de ver tus fotos antiguas (y ocultas) en tu Facebook o tus fotos archivadas en Instagram. Cada vez que abro una de esas agendas siento que estoy viendo el diario de alguien más, me produce un sentimiento de nostalgia, curiosidad y mucho cringe ¿Yo escribí esto? ¿Yo pensaba estas cosas

Obviamente también me río con lo que escribía y me emociono cuando leo frases como “fue un día genial, mi tía abuela vino a visitarnos y me trajo un chocolate”, que tierno ver que algo tan simple a los ojos de una niña o un niño, puede ser un momento magnífico

Pero no vengo a hablar sobre los pequeños gestos, sino de cómo la escritura se volvió absolutamente necesaria para mí y la gran herramienta que puede ser para sanar el alma. 

Como mencioné antes, desde niña me acostumbré a escribir y, sin darme cuenta, desarrollé una habilidad para organizar no solo mis ideas sino también mis emociones, mis palabras comenzaron a volverse cada vez más profundas y pasé de escribir cosas tan “rutinarias” como lo que comí ese día, a describir cómo me sentía, mis miedos, mis penas, mis alegrías y empezar un diálogo conmigo misma.

A veces ese diálogo interno puede ayudarnos a sanar más de alguna herida. A identificar y regular nuestras emociones, a obtener resiliencia con nuestros propios pensamientos. De hecho, a nivel cerebral se refuerzan circuitos de neuronas que controlan la gestión cognitiva y disminuye la reactividad de la amígdala (esa parte del cerebro que les conté en el post anterior). Esto nos puede ayudar a cambiar nuestra voz interior y acercarnos un poco más a esa versión más abierta, agradecida y benevolente con nosotros mismos que nos ayuda a cultivar emociones positivas y bienestar.

Las investigaciones científicas llevan años demostrando este último punto:

James Pennebaker, un psicólogo que desde los años 80 ha investigado el poder de escribir sobre lo que sentimos, descubrió algo asombroso: dedicar solo 15 a 20 minutos al día a escribir sobre experiencias difíciles puede traer beneficios reales para nuestra salud emocional y física como menos estrés, mejor ánimo e incluso disminuir enfermedades. Al escribir con honestidad sobre lo que vivimos, sin filtros, nuestro cuerpo y mente parecen encontrar una forma de liberarse y recuperarse. 

Obviamente esto no se logra solamente con la escritura, puedes hacerlo a través de varias formas (hablando con un amigo, dibujando, pintando, etc) el punto es poder expresar lo que tienes dentro. Pero a veces se nos hace más fácil escribir que hablar las cosas, y me parece honesto decir que, solo con un lápiz y un papel, es suficiente para obtener estos beneficios.

De hecho, esto que te relaté en dos párrafos Pennebaker lo explico detalladamente en un libro de 268 páginas llamado Opening Up: The Healing Power of Expressing Emotions. Si te interesa el libro gratuito en su idioma original te dejo este el link AQUÍ para leerlo online en pdf.

Pero tranquilos, si no les apetece leer el libro, aquí les dejo unas sugerencias sencillas que pueden seguir para comenzar a escribir desde el corazón:

✍️ ¿Cómo practicar la escritura terapéutica?

1. Elige un momento tranquilo del día: Busca un espacio donde no te interrumpan. Lo ideal es escribir entre 15 y 20 minutos al día, durante 3 a 5 días seguidos.

2. Escribe sobre un evento emocional importante: Puede ser algo que te haya dolido, un momento difícil o una experiencia que aún te genera emociones intensas. No tiene que ser un trauma profundo, basta con que sea significativo para ti.

3. Sé completamente honesta/o: Escribe con total libertad, sin preocuparte por la ortografía, el estilo o la gramática. La clave es expresar todo lo que sientes y piensas, incluso si es confuso o contradictorio.

4. No te censures: Puedes escribir sobre lo que realmente ocurrió, cómo te sentiste, cómo afectó tu vida, qué pensaste de otras personas, y cómo lo ves ahora. También puedes explorar cómo ese evento se relaciona con otras partes de tu vida.

5. Guarda o destruye el texto si quieres: No estás escribiendo para que alguien lo lea, sino para liberar lo que llevas dentro. Puedes guardarlo en un diario privado o incluso romperlo después si así te sientes más segura/o.

6. Observa cómo te sientes: A veces, justo después de escribir, puedes sentirte un poco removida/o o emocional, y eso es normal. Sin embargo, con el paso de los días, muchas personas reportan una sensación de alivio, claridad y paz.


🪄 Consejos extra:

  • Puedes repetir el ejercicio con diferentes temas importantes de tu vida.
  • No es necesario escribir siempre sobre lo negativo. También puedes escribir sobre cambios, decisiones o logros importantes y lo que significan para ti.
  • Si en algún momento sientes que el ejercicio te abruma demasiado, está bien hacer pausas.

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